lunes, julio 20, 2009

Esmerilda Más de dos décadas enseñando lo que más le gusta: la danza

Esmerilda de Topolñak, fundadora de la Escuela de Ballet "Cascanueces"
Los últimos veinte y tantos años de su vida, Esmerilda Tovar de Topolñak los ha dedicado a trabajar con niños, enseñándoles lo que ella desde chiquita le ha gustado: la danza; conjugando así una de las artes más expresivas con quienes para la humanidad son símbolo de transparencia y sinceridad.

Su vena artística cree que le viene de su mamá, integrante de la coral del Colegio de Abogados de Puerto Cabello, quien, junto a su esposo, Juan José Topolñak, es pilar fundamental de la institución que ella dirige, la Escuela de Ballet Cascanueces, ubicada en la urbanización Rancho Grande.

"Nací un 2 de marzo en Acarigua, mi papá era un inmigrante que llegó de Bogotá y conoció a mi mamá, que es de Barinas, donde se casaron; somos tres hermanos, dos varones y yo que desde pequeña me gustaron todas las actividades que tenían que ver con las artes".

La primaria la inició en su tierra natal, Acarigua, pero mudados sus padres por razones que ella desconoce a Puerto Cabello, continuó sus estudios entre los colegios Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora de la Coromoto, mientras que el bachillerato lo hizo en el liceo Miguel Peña. "También tuve contacto con el liceo La Salle, al pertenecer a su Banda de Guerra y además cursé en la Escuela de Música Augusto Brandt, dirigida en ese entonces por Teresita de Pizzolante".

Del Puerto Cabello que conoció, recuerda la gran cantidad de cangrejos que siempre veía en la primera casa en la que residió, muy cerca de la playa, y a las amistades infantiles y juveniles que cultivó en la urbanización Rancho Grande, zona donde se terminó de criar y aún reside.

"Desde pequeña me gustaba bailar, cantar; recuerdo que hasta llegué a cantar en Radio Puerto Cabello, cuando los estudios de esa emisora estaban ubicados en la calle Campo Elías; estuve con el orfeón del Miguel Peña y en la Escuela de Música tomé clases de piano".

Esa afición cree que le viene de la línea materna, porque su abuelo fue músico.

De Mérida a Puerto Cabello

Sus estudios de ballet los inició en las actividades de extensión de escuela de la Universidad de los Andes, institución en la que estuvo a un año de obtener el título de Arquitecta, el cual no logró por cuestiones de salud, pero de donde regresó casada con su compañero de toda la vida, Juan José Topolñak.

Con el Ballet de Cámara de la ULA, no sólo se formó como bailarina, sino que también tuvo la oportunidad de incorporarse a la docencia, labor que fue mejorando con estudios en el Instituto Superior de Danza, en Caracas, con el maestro Julio Lamas y en Cuballet, en Cuba, donde estuvo una larga temporada bajo la dirección de Alicia Alonzo; complementan su constante formación una serie de talleres realizados en Maracay, Maracaibo y Caracas, muy vinculados a esa actividad artística, tanto de ballet clásico como en danza y en jazz.

"Cuando yo me vengo de la ULA a Puerto Cabello, llego con la inquietud de desarrollar la docencia, en una primera etapa se me presenta la oportunidad de trabajar con niños en el Centro Social Latino con danza folclórica donde estuve dos años; luego decidí crear el Ballet Cascanueces que nació en diciembre de 1985 e inició actividades en diciembre de 1986".

"Blanca Nieves" es la obra del Ballet Cascanueces que el pasado viernes tuvo su estreno mundial en el Teatro Municipal de esta ciudad, con casi un centenar de niñas en escena.

Para nosotros fue un verdadero reto, porque este cuento infantil nunca ha sido versionado en ballet. Es cierto, ha sido montado en innumerables obras de teatro, quizás en comedias musicales, mas no en ballet, explicó.

"Tuve que editar toda la música de diferentes compositores con la colaboración de la profesora Ligdian Mata; así como llevar a escena los capítulos claves del cuento y para ello las niñas tuvieron que aprender a actuar, gracias al apoyo del Grupo de Teatro Raíces Escénicas, bajo la dirección de las profesoras Garmen Monteverde y Mary Wincar Maldonado; también la obra, además de actuación tiene ballet contemporáneo, danzas de carácter, fantasía y clásicas".

Esta versión de "Blanca Nieves" le rinde homenaje a cuatro personas que tuvieron que ver mucho con Cascanueces y ya no están con nosotros y quisimos recordar: Orlando Sabatino, Hermes Rosas Möller, Jeico Acosta y Sergio Tulio, mi primer bailarín, señaló.

Esmerilda Tovar de Topolñak es de las que cree que el trabajo con las artes y, muy particularmente, a través del ballet, hace que las personas sean distintas, sensibles, abiertas y formadas de una manera completa porque les da disciplina, además de que el ballet clásico corrige hasta defectos y malformaciones óseas.

Tal como lo recalca Esmerilda, su esposo Juan José Topolñak ha sido su apoyo, compañero, amigo. El es un conocido médico de la ciudad, especialista en radiología e imagenología en la Clínica Guerra Mas.

"Cada presentación del Ballet Cascanueces resulta estresante para mí, son tantas las cosas que tengo que controlar: preparación, niñas, trajes, logística, iluminación, etc.

Siempre tengo la duda, siempre creo que algo se me escapa de las manos y siempre él está a mi lado para con sus palabras calmarme, asesorarme y decirme que me tranquilice; y cuando en verdad surge algún problema de última hora, él está ahí para resolverlo. Ha pasado que muchas veces me entero de que pasó algo imprevisto cuando ya las cosas están bajo control gracias a él y a su determinación".

El apoyo de su mamá también ha estado presente en la historia de los 23 años de la Escuela de Ballet Cascanueces.

"Ella es mi asistente, mi administradora y todo; es una persona muy activa, con mucha vitalidad y su espíritu y motivación siempre me ayudan a salir adelante".

Fotos: Juan Cordero
paurod@notitarde.com
ppmt2009.-

No hay comentarios.: