En lugar de almacenar la energía en reacciones químicas al modo de las pilas o baterías, los supercapacitadores almacenan la electricidad en iones que quedan atrapados en la superficie de un material poroso y, en resultado, tienden a cargar y descargar en minutos, en vez de requerir horas para ello, y a operar varios millones de ciclos, en lugar de unos pocos miles de ciclos como las baterías convencionales.
"Si le preguntas a un experto sobre la posibilidad de construir un capacitador de silicio, te dirá que es una locura", dice el autor del proyecto, Cary Pint, antes de puntualizar que, sin embargo,ellos han encontrado "una manera sencilla de hacerlo".
No obstante, para recubrir un material de una capa de grafeno a escala nanométrica hay que utilizar una cámara con temperaturas de unos 1.400 grados y los investigadores, de momento, solo han logrado hacerlo a la mitad de esa temperatura.
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