Cinco jóvenes de EEUU lanzaron hace dos años una cámara al espacio atada a un teléfono móvil con un globo de helio con el objetivo de grabar la Tierra, principalmente el Cañón del Colorado, desde el espacio. Sin embargo, a cierta altura el globo explotó y la cámara cayó a un lugar desconocido. Una mujer la ha encontrado.
Hace dos años un grupo de amigos de Tuba City, en Arizona, EEUU, quería grabar la Tierra con una cámara que ellos mismos lanzaran al espacio.
Tras dos meses de proyecto y pruebas, estaban listos. Tenían un gran globo de helio, que sería el encargado de llevar a la cámara fuera de la atmósfera. A él iba enganchado la cámara.
La idea era poder grabar el Cañón del Colorado desde el espacio con una cámara de gran definición para posteriormente ver el vídeo.
Sin embargo, una vez el globo adquirió una altitud considerable, éste explotó y la cámara cayó en un lugar desconocido.
El equipo, formado por Bryan Chan, Tyler Reid, Ved Chirayath, Ashish Goel y Paul Tarantino, tal y como recoge el Daily Mail, no tuvo noticias de la cámara y su grabación hasta dos años después, cuando una mujer haciendo senderismo en los alrededores del desierto de Arizona encontró la cámara.
En el interior del globo, bien protegido, también colocaron un teléfono móvil, que se encargaba de indicar las coordenadas que la cámara iba grabando.
No obstante, el teléfono nunca llegó a enviar ningún mensaje, aunque sirvió para que la tarjeta SIM pudiera identificar a su dueño y así que los cinco jóvenes recuperaran su cámara con las imágenes
Tras dos meses de proyecto y pruebas, estaban listos. Tenían un gran globo de helio, que sería el encargado de llevar a la cámara fuera de la atmósfera. A él iba enganchado la cámara.
La idea era poder grabar el Cañón del Colorado desde el espacio con una cámara de gran definición para posteriormente ver el vídeo.
Sin embargo, una vez el globo adquirió una altitud considerable, éste explotó y la cámara cayó en un lugar desconocido.
El equipo, formado por Bryan Chan, Tyler Reid, Ved Chirayath, Ashish Goel y Paul Tarantino, tal y como recoge el Daily Mail, no tuvo noticias de la cámara y su grabación hasta dos años después, cuando una mujer haciendo senderismo en los alrededores del desierto de Arizona encontró la cámara.
En el interior del globo, bien protegido, también colocaron un teléfono móvil, que se encargaba de indicar las coordenadas que la cámara iba grabando.
No obstante, el teléfono nunca llegó a enviar ningún mensaje, aunque sirvió para que la tarjeta SIM pudiera identificar a su dueño y así que los cinco jóvenes recuperaran su cámara con las imágenes
grabadas.
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