El 23 de Enero de 1958 para muchos es una fecha en la que los venezolanos decidieron cambiar rotundamente la historia política del país. Entre protestas y fugas de personeros del gobierno de aquella época, se dio paso al comienzo de la democracia, después del desplome del último y más corto gobierno dictatorial de Venezuela: el de Marcos Pérez Jiménez. La instauración de esta fuerte dictadura que disolvió a partidos políticos como Acción Democrática (AD) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV), a sindicatos obreros y a cualquier tipo de oposición, significó la interrupción del proceso democrático en la historia del siglo XX, y llevó al enfado generalizado de todos los sectores con vida pública en la nación. Según palabras del historiador Manuel Caballero, los medios de comunicación tuvieron un peso preponderante en el llamado a paro para aquella época. "La prensa contribuyó, con mucho peso, a la huelga general que terminó derrocando al tirano", dijo Caballero en alusión a Marcos Pérez Jiménez.Para la década de los 50 la televisión era un medio muy novedoso y por ende carecía de "arrastre comunicacional", en consecuencia quienes tomaron la batuta fueron los impresos.
El Heraldo, Esfera, El Universal y El Nacional entre otros, fueron parte de los periódicos comerciales que se encontraban sometidos a la censura, mientras que otros como: "Tribuna Popular" y "Resistencia", que se realizaba bajo la clandestinidad; y pese a que tenía poco tiraje, se encargaba de propagar mensajes alusivos a la oposición contra el régimen dictatorial.Trasladando ese acontecimiento histórico al papel de los medios de comunicación en la actualidad, Caballero considera que "deben enfrentarse a todo intento de censura o de supresión... en el caso de RCTV, el cierre por razones políticas es un atentado contra la libertad de expresión".
Apuntó que deben mantenerse alerta ante lo que considera la "instauración del terror".La prensa clandestina fue motor para la caída del gobierno. En aquel entonces, las publicaciones diarias vivían la autocensura, por ello el llamado "equilibrio informativo" lo hacía el periódico "Tribuna Popular". Sus acciones se limitaban a la redacción, impresión y posterior difusión de los comunicados, boletines y manifiestos de la oposición.
Una imprenta, que los comunistas habían logrado preservar, imprimió tales volantes. Con tácticas muy arriesgadas hicieron llegar los paquetes a los centros de distribución, donde se multiplicaban y se repartían de mano en mano para crear "conciencia" entre los ciudadanos. Ninguno de estos movimientos eran claramente visibles a la luz pública, ya que el que era conseguido con este material lo llevaban preso y podía ser hasta torturado por la Seguridad Nacional (policía política de la época).Uno de los máximas expresiones de tal clandestinidad en la época "Perejimenista" es Pompeyo Márquez, quien se mantuvo ocho años y medio a la sombra de un régimen que no daba cabida a la "oposición".
El fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), fue editor de "Tribuna Popular", impreso que se dedicaba a propagar mensajes con claras tendencias contrarias al gobierno. "La huelga de prensa fue el detonante para la huelga general que generó la huida de Pérez Jiménez en el avión llamado "La vaca sagrada". Además señaló que su seudónimo era "Santos Yorme" y con este firmaba sus artículos "desestabilizadores". Márquez ejerció el cargo de secretario general del Partido Comunista de Venezuela, en este tiempo fue buscado "vivo o muerto" por el señor Pedro Estrada (hombre de suma confianza de Pérez Jiménez) y líder de la Seguridad Nacional. "Para la época existía El Nacional y El Universal pero no podían hacer nada, ya que la autocensura era rigurosa". Claro ejemplo de dicha supresión gubernamental fue el famoso caso que apareció en las páginas de El Nacional el 22 de abril de 1950.
En ese entonces en una columna periodística en lugar de "los miembros de la Junta de Gobierno" se leyó "los tres cochinitos", lo que le valió una suspensión al diario, y su posterior reaparición para el 3 de mayo. Dichas sanciones fueron una advertencia a la prensa y la radio para que controlaran la información que emitía a los ciudadanos.Otra muestra de la represión fue en 1953, que como represalia por algunos artículos no publicados, pero retenidos en la llamada Junta de Censura, fue brutalmente golpeado por desconocidos José González González, columnista de El Universal.La represión sobre la prensa no varió, e incluso fue obligada a rechazar la insurgencia militar del 10 de enero comandada por el teniente coronel Hugo Trejo. Dicho alzamiento fue el resultado del plebiscito "arreglado" en diciembre del año 1957 a través del cual Pérez Jiménez intentó inmortalizarse en el poder por otros cinco años.
En ese entonces el Ministerio de Relaciones Interiores confiscó las urnas electorales con el fin de evitar la verificación de los votos.A raíz de esta situación los diarios tuvieron que publicar una nota que condenaba tal insurgencia, y cuyo texto original fue enviado desde el Ministerio del Interior. El Universal calificó el alzamiento de "criminal atentado"; Ultimas Noticias "se hace eco del repudio del pueblo" y El Nacional, decía "condenamos el exabrupto de las facciones del día de Año Nuevo". En aquel entonces "la oposición se puso de acuerdo, hubo unidad entre AD, COPEI, PCV y URD", señaló Pompeyo Márquez, "todos se ponían de acuerdo para decir solapadamente lo que consideraban un atropello".
También hizo una comparación entre esas luchas políticas que se vivieron a mediados del siglo pasado con las que se viven en la actualidad. "Todavía se conservan espacios legales, pese que ya hay una suerte de autocensura en algunos medios... Hay unos medios que cedieron ante las presiones gubernamentales pero todavía quedan espacios", rememoró Márquez.Finalmente Márquez manifestó que en los regímenes autocráticos "el mayor crimen es la verdad (ahora).. un gobierno de este corte, considera como enemigo a cualquiera que se atreva a contradecirlo".
Artículo enviado desde la página web del Diario El Carabobeño
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ppmt2007.-
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